viernes, 16 de septiembre de 2011

Roberto Bolaño: Los detectives salvajes


Idioma original: español
Año de publicación: 1998
Valoración: Muy recomendable

Lo primero que le diría al futuro lector de esta novela coral es que tiene sentido a pesar de lo que su aspecto inconexo pueda dar a entender. Sólo hay que disfrutar
de los personajes y sus peripecias sin intentar recordarlos a todos ni relacionarlos siempre entre sí.

Después de acompañar a todos ellos en su loca carrera hacia ningún sitio, de emocionarme con sus demenciales vidas, de averiguar los vínculos que les unen y cogerles cariño a casi todos, deduzco que lo que Bolaño intenta transmitir es, sobre todo, escepticismo. Autor y criaturas parecen estar de vuelta de todo; los ideales literarios y políticos, amor, amistad, lealtad, todo es relativo y discutible. Cualquier aspecto de la vida se convierte en un amargo juego dónde lo único que importa es la supervivencia y ésta quizá no dure mucho. Bolaño pretende legar a la posteridad una obra todo lo extensa y perfecta que el tiempo le permita. Como dice por boca del pintor Guillem Piña: “Qué más da, todo eso no son más que nimiedades. Todos nos vamos a morir, piensa en la eternidad”. Para alguien que no tiene fe en ella la vida no tiene más propósito que el de subsistir por medio de la obra de arte. Todo lo demás, la ética, la estética, los sentimientos, no existen o no importan, sólo hay algo real e inminente que es el punto final.

A base de escepticismo Bolaño ha conseguido una imitación bastante fiel de la vida real, un mundo igual de caótico, imprevisible y arbitrario que la muestra, dónde los personajes aparecen y desaparecen y a cada momento encontramos gente nueva, otros ambientes y paisajes, problemas distintos. Un mundo donde reinan: la locura entendida como el triunfo de la incoherencia, la literatura como forma de supervivencia y la muerte como único futuro cierto e inevitable. Pero ni siquiera ficción y supervivencia se toman del todo en serio: la obra de Cesárea, a pesar de ser el motor de la trama, no tiene mayor interés artístico y existe una amenaza de muerte que se oculta la mayor parte del tiempo, no para prolongar la intriga sino por considerarse irrelevante, sólo un aspecto más, como lo es el desahucio médico en la vida del escritor.

Lo metaliterario implícito o explícito recorre toda la obra y esto, que no siempre es garantía de calidad y que a veces se reduce a mero añadido soporífero, en Bolaño, igual que en Cervantes, resulta un motivo más de diversión al plantear las cuestiones narrativas desde la propia ficción, convertir la teoría literaria en algo lúdico, incluso irónico y poner en tela de juicio el oficio y sus advenedizos. “Belano y Lima no eran revolucionarios. - explica el pintor Camargo - No eran escritores. A veces escribían poesía, pero tampoco creo que fueran poetas. Eran vendedores de droga. Básicamente marihuana, aunque también ofrecían un stock de hongos en potes de cristal”. Decir esto cuando el primero de ellos es el alter ego del propio Bolaño supone por su parte verdadero afán desmitificador.

En un momento bastante rutinario de la vida de la novela, Bolaño encuentra un lenguaje y una estructura nuevos y personales para transmitir su peculiar visión de las cosas, pero también para divertir, sincerarse y expulsar algunos fantasmas pasados y presentes. Todos los recursos, tanto el carácter fragmentario como la ruptura argumental o el enfoque de la realidad desde ángulos distintos consiguen su objetivo: zarandear con fuerza al lector, agitar ideas y sensaciones de forma que todo el que ha conectado con esta obra será, cuando la acabe, mucho más bolaño que antes.

Del mismo autor en ULAD: Aquí

27 comentarios:

Santi dijo...

Bueno, voy a decir aquí también lo mismo que he dicho en el facebook, aunque sospecho que es una herejía de las mías, vista la legión de admiradores y defensores a ultranza que tiene Bolaño: esta novela me pareció bastante aburrida y repetitiva. Creo que no llegué ni a la mitad. Sí, evidentemente hay una enorme carga de ironía, metaliteratura y desparpajo, pero ni los personajes llegaron a interesarme, ni la historia me pareció nada del otro mundo, ni el estilo me dio ganas de seguir leyendo.

Otras cosas que he leído de Bolaño (por ejemplo, los relatos de Putas asesinas me gustaron más, pero esta, lo siento, no. Y ahí encima de la mesa tengo 2666 esperándome, a ver qué pasa...

Montuenga dijo...

A ti te pasa con Bolaño como a mí con Vila Matas y a mí me pasa con Bolaño como a ti con Vila Matas.
(Creo que he conseguido no liarme)

Juan Melville dijo...

A mi me pareció pedazo de libro, uno de los buenos que he leído sin duda. Logró cautivarme con su historia que si bien no es de otro mundo, tiene valor en su simpleza (quizá una mejor palabra sea sutileza, porque de simpleza tiene poco). Recomiendo leerlo y concuerdo plenamente con la crítica acá publicada

Anónimo dijo...

Lo que a mi me gusta de Bolaño es la fuerza de sus relatos. Su manera de escribir me cautiva, encuentro que es original, no se parece a nadie. Eso es lo que me gusta de él, tiene identidad.
A algunos le podrán encantar sus libros otros los odiarán. Me parece que es lo de menos.
Lo importante, es que es un buen escritor, en un párrafo puede cachetear con pensamientos horribles y miserables, y en el otro, pasar a la armonía y belleza más sutil.
Es uno de los grandes de la literatura latinoamericana sin ninguna duda.
Lorena.

Javier Munguía dijo...

Con Bolaño me ha pasado como a ti, Santi: aún no he encontrado su tan pregonada genialidad en sus libros. Sin embargo, es tanto lo que la figura de este chileno destaca entre los escritores posteriores a los del "boom" en nuestra lengua (hasta don Mario Vargas Llosa lo elogia) que me he propuesto averiguar a toda costa a qué se debe tanto alboroto. He vuelto a comprar Los detectives salvajes y Estrella distante (que algúna vez tuve y luego regalé o cambié), así como otras de sus novelas más celebradas (Nocturno de Chile, La literatura nazi en América), sus tres libros de cuentos y su volumen de artículos. He empezado con Los detectives salvajes, que la primera vez no pude terminar, y al menos en su primera parte no he encontrado motivos de entusiasmo. Acabo de leer Nocturno de Chile y me ha dejado impasible. A ver si hay suerte más adelante. Saludos.

Anónimo dijo...

He leído q en estrella distante aparece un personaje q reaparece en esta obra. Es necesario leer la anterior para disfrutar mas esta?? Gracias

Anónimo dijo...

?

Montuenga dijo...

Anónimo del 18/07, muchos personajes de Bolaño entran y salen de sus novelas muy a menudo, pero cada una es independiente de las otras, ninguno de sus argumentos está encadenado con ningún otro, que yo sepa.

Anónimo del 21/07, no se entiende tu pregunta :)

Unknown dijo...

Definitivamente los escritores de cultos tiene de seguidores y detractores, me quedo en este ultimo grupo. Tenia mucha expectativa de encontrar en esta novela al menos un rastro de lo que sus fans encuentran, bueno, no tuve la suerte. Lo lamento, pero no me gusto.

Montuenga dijo...

Hola Axioma. Bolaño tenía una personalidad literaria muy definida y poco convencional, eso significa que no le puede gustar a todo el mundo. Cada uno tiene que encontrar su propia ruta lectora y disfrutar explorándola. En eso estamos, saludos.

Eugenio Sulpizio dijo...

Una novela excesiva. Como lector la disfruté y la padecí. Como escritor la encuentro tan retórica y efectista como Rayuela, aunque sin el encanto decadente de esta. Me gustó la parodia y el juego lingüístico. El resto me parece innecesario. Prefiero Pedro Páramo como gran novela mexicana.

Montuenga dijo...

Pues me parece estupendo.
A Pedro Páramo no creo que haya nadie que no la considere excepcional.

Luis dijo...

Después de terminar "Los Detectives salvajes" y repasando un poco toda la historia, me ha parecido encontrar algo que no me ha terminado de encajar. Entiendo que los muchachos que hablan con Amadeo Salvatierra a lo largo de varios relatos de la segunda parte del libro son Lima y Belano, quienes en el último de estos relatos, se comprometen a seguir el rastro de Cesárea Tinajero. Estos microrelatos están todos fechados en enero de 1976.

Pero en el crónica final del narrador García Madero que se desarrolla en la primera y tercera partes del libro, llamada "Los Desiertos de Sonora", vemos que toda la narración se desarrolla a lo largo de enero de 1976, la misma fecha en que los citados Lima y Belano se supone que estaban en DF con Amadeo Salvatierra.

Independientemente de esta minucia, la maestría narrativa y la inventiva de Bolaño me parecen extraordinarias.

Montuenga dijo...

Hola Luis. Muy de acuerdo contigo en la valoración final. Sobre el detalle que mencionas, no puedo contestarte después de seis años y pico, pero puede que algún lector o compañero lo tenga más reciente y tenga algo que decir al respecto.

Enrique dijo...

Me ha surgido la misma duda que a Luis. Acabo de leer la novela ahora mismo y he decidido comprobar si alguien tenía la respuesta a la posible incongruencia. Seguiré buscando. En cualquier caso, en mi opinión, Los detectives Salvajes es una obra sobresaliente. Difícil de leer, quizás, pero merece la pena sin duda. La recomiendo.

Traveler dijo...

Siempre tarde.
Sin ser fanático de Bolaño, yo la hubiera calificado como Imprescindible. El ciclo de 20 años, los viajes sin final, el abanico de personajes, la búsqueda infinita... me parecen completamente adictivos. Pienso que es un paso adelante en la forma de entender la novela.
En los comentarios han surgido comparaciones con Rayuela y con Pedro Páramo (que, más que imprescindible, sería una nueva categoría en ULAD: Necesaria); no es cualquier cosa. Por mi parte, tenía muy reciente la lectura de La vida instrucciones de uso, y encontré conexiones subterráneas que me hicieron disfrutar muchísimo.

Montuenga dijo...

Hola Traveler. Yo valoro la novela igual que tú. No lo califiqué como Imprescindible porque pensé que eso es tanto como decir que todo el mundo tendría que leerla, y me parece una literatura tan complicada e innovadora que no se puede recomendar así, en general.

No es lo mismo poner un adjetivo que calificar con una cifra, en este último caso, le hubiese puesto un Sobresaliente.

Gerónimo dijo...

Hola,

Acabo de terminar los detectives. Era mi cuarto intento.

Me pasa lo de siempre con Bolaño, me gusta, sin saber muy bien porqué. Como más avanzaba, más me gustaba. Impresionante la cantidad de voces o narradores que salen. A veces tenía la sensación de estar leyendo cuentos sueltos, más adelante todo va encajando pero no en el sentido de una trama sino más bien como un mantra (no sé explicarlo mejor)


A futuros lectores les aconsejo hacer caso especialmente al primer párrafo de la reseña.
También ver alguna entrevista (la belleza de pensar Roberto Bolaño en youtube). A mi me ayudó a encontrarle el tono a Bolaño. También investigar un poco quien es quien.
Aconsejaría no empezar con Bolaño con los detectives ni con 2666. Creo que antes es mejor todos sus cuentos y algunas novelas (Tercer Reich, Estrella Distante) excepto los Sinsabores del verdadero policía que yo la veo como una continuación de 2666.

Saludos y una vez más gracias por vuestra labor





Montuenga dijo...

Gracias, Gerónimo, por seguirnos y mi enhorabuena por darte una oportunidad con Bolaño. No es un autor fácil, sobre todo en las obras que mencionas, además de ser tan innovador en su momento que rompía los esquemas a sus lectores. Hace falta un poco de paciencia (o mucha) y tratar de entenderle, justo lo que tú has hecho.
Entre las fáciles, también está Amuleto (reseñada también en el blog), aunque es verdad que la protagonista sale en Los detectives y quizá me gustó más por eso, pero no hace falta haber leído Los detectives para entenderla, según creo recordar.
Saludos y seguimos leyendo.

Luis dijo...

A lo largo de estos dos meses de confinamiento he podido leer 2666, otra monumental obra de Roberto Bolaño.
 
Obra como digo monumental, enciclopédica, erudita, mezcla de géneros literarios, la novela sin principio ni fin, compuesta de cinco apartados unidos entre sí a través de una coincidencia que se destapa inesperadamente. Sus cientos y cientos ( o quizá miles) de referencias a poblaciones, lugares, nombres, personajes de todo tipo, sus referencias políticas, filosóficas, su relato exhaustivo de los movimientos de las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, etc. etc. son abrumadores y muestran un conocimiento y una labor de documentación extraordinarias.

Engancha. Es adictiva. No he podido dejar de leerla noche tras noche a lo largo de estas semanas, aunque a veces algunas pocas disquisiciones filosóficas o narraciones secundarias pueden resultar un poco arduas, o la descripción forense de cientos de asesinatos hacer ocasionalmente su lectura algo pesada y no apta para cualquier público.

Se trata de una texto fuera de los esquemas de la novela clásica, con introducción, nudo y un desenlace. Es una especie de narración del devenir de la vida de los diferentes personajes con múltiples historias secundarias o paralelas. Las cinco partes terminan abruptamente. Al tratarse de una obra póstuma que el autor entregó para su publicación prácticamente la víspera de su muerte se dice que no la remató en su totalidad con lo que parece que pudiera haberla pulido algo más.

En fin, si les entusiasmó Los detectives salvajes, lean 2666 que también les gustará, aunque a mi modesto parecer está un poco por debajo, pero siempre manteniendo la extraordinaria capacidad fabuladora de Bolaño. Por cierto, el título de la novela es una incógnita. Según dicen, puede hacer referencia a alguna conversación que se narra en Los Detectives Salvajes o incluso en otra novela anterior, como fecha utópica de una revolución.

Montuenga dijo...

Desde luego que sí, Luís. Por aportar algo más, tengo entendido que Bolaño usó Huesos en el desierto como libro de consulta. No es una lectura para disfrutar porque tiene tal cúmulo de datos que se hace super árida, pero dejo el enlace a mi reseña por si quieres echarle un vistazo.

http://unlibroaldia.blogspot.com/2014/04/sergio-gonzalez-rodriguez-huesos-en-el.html?m=1

Saludos

Montuenga dijo...

Por cierto, 2666 también está reseñada en Un libro al día.

Fernando Medina dijo...

¿Qué sucede con el tiempo en la obra? Enero de 1976, Belano y Lima viajan a Sonora y ocurre lo narrado en el 3er capítulo. Pero en el cap. II, las narraciones de Amadeo Salvatierra con Belano y Lima se supone que ocurren en Enero del mismo año, pero en el DF.

Montuenga dijo...

Pues, Fernando, te tengo que remitir a mi reseña y a otras reseñas, wikis etc. que busques por ahí, porque han pasado más de diez años y una pregunta tan concreta no soy capaz de contestarla. Lo que sí recuerdo es que hay fracturas de tiempo, espacios (geográficos y vitales), que se rompen los ritmos narrativos y hasta la realidad que presenta acaba siendo dudosa. Se trata de Bolaño, que no es precisamente un escritor realista.
De todas formas, si no has terminado la novela, sigue leyendo: encontrarás tantas incongruencias que acabarán importándote muy poco.
Saludos.

Fernando Medina dijo...

Gracias, Montuenga. Saludos.

@_PaquiBernal dijo...

Yo coincido con Santi y Javier. Aprecio las caracterizaciones de Bolaño y su creación de la atmósfera. No dudo que "Los detectives salvajes" trate del escepticismo, de la literatura pura y simple como modo de supervivencia. Pero no conseguí encontrarle el sentido a las enumeraciones de autores, de títulos, etc.
Aun así, como otros de vosotros, me propongo releerlo en otro momento.
Gracias por tu reseña, Montuenga.

Montuenga dijo...

Desde la distancia de casi una década, pienso que, aparte de lo metaliterario, Bolaño pretendía trazar una panorámica de una época y unos lugares concretos. Panorámica, o sea, lo que se ve a lo lejos de un vistazo, muchas cosas y sin detalle. Y en lugar de hacerlo siguiendo el canon clásico heredado del XIX, idea una fórmula impresionista, muy personal y posmoderna a base de retazos. Además, en primer plano, sitúa a los personajes principales, también de forma muy sui generis.
Él rompe moldes y, para apreciar su obra, nosotros también tenemos que romperlos. O no, porque si algo no te llega, pues no te llega y punto. Todos tenemos nuestros límites.