sábado, 7 de febrero de 2015

E. F. Benson: Reina Lucía

Idioma original: inglés
Título original: Queen Lucia
Año de publicación: 1920
Traductor: José C. Vales
Valoración: entre recomendable y está bien

En los últimos tiempos, ha adquirido cierto auge y fortuna, al menos en España, la recuperación (en nuestro caso, casi sería más exacto decir descubrimiento) de un tipo de literatura británica de la época de entreguerras, de carácter humorístico-costumbrista, más allá de los clásicos Wodehouse y Evelyn Waugh. Me refiero a autoras como Nancy Mitford, Stella Gibbons, D.E. Stevenson o el que nos ocupa en esta reseña, Edward Frederick Benson. Escritor peculiar, este Benson: nacido y criado durante la época victoriana en una familia culta de clase alta -su padre llegó a ser Arzobispo de Canterbury-, se dedicó sobre todo a la creación de relatos de terror, sección fantasmas, pero alcanzó la celebridad -y el reconocimiento de la posteridad- gracias a una serie de novelas de lo que se puede llamar "comedia social inglesa", conocida como Mapp & Lucia, por su personajes principales. La primera de esas novelas, de 1920, es esta Reina Lucía.

Esta "reina" resulta ser la -aparentemente- culta y refinada señora Emmeline Lucas (que en su italofilia se hace llamar "Lucía" y a su marido, "Pepino") y su reino es el encantador pueblo inglés de Riseholme, donde los miembros de la burguesía local se cultivan, divierten y chismorrean de acuerdo con los designios de esta autoproclamada monarca... Ella es la que dirige la vida social y cultural de la localidad, hacia un estilo pedantemente clásico y con unas rígidas -aun con apariencia de desenfado- normas. Pero sin olvidar ciertas modas en boga en ese momento entre las las clases medias británicas: el yoga, el Cristianismo científico, el espiritismo... modas que Lucía, en principio, desdeña. El despotismo ilustrado del que hace gala la reina hacia sus súbditos, no obstante, no acaba de reprimir ciertas tendencias subterráneas revolucionarias o incluso "bolcheviques" (recordemos que la novela es de 1920) que aspiran a derrocarla... El equilibrado statu quo de su reinado comenzará a trastocarse con la llegada al pueblo de nuevos personajes como cierto gurú indio o, sobre todo, la afamada cantante de ópera Olga Bracely, que la reina percibirá como una amenaza...

Aparte de los principales personajes -Lucía, su cavaliere servente Georgie Pillson, la cantante Olga Bracely-, nos encontramos toda una serie de pintorescos secundarios que contribuyen a darle color y humor a la historia (a mí me encantan las hermanas de Georgie: Hermy y Ursy). En realidad, se podría decir que esta novela es una sátira de cierto tipo de clase social, la burguesía rentista con ciertas ínfulas y la gentry (cualquier lector de Agatha Christie reconocerá de inmediato los tipos humanos aquí retratados), pero creo que la ironía de Benson, si bien recorre toda la novela desde la primera a la última página, se queda un paso por detrás de la sátira y no digamos ya del sarcasmo, resultando casi siempre amable y hasta comprensiva con los personajes. Incluso, en algún momento, la elegante sutileza de esta ironía devalúa un poco la intención cómica de la historia: se echa de menos alguna situación desbocada, que mueva a la franca carcajada y no sólo a la sonrisa, que, eso sí, no se borra nunca de la boca del lector. Por buscarle algún pero, se podría decir que la historia trasluce a veces  un cierto aire de suficiencia, como el de un hipster de ciudad que se burla del modernete de pueblo, o un pseudointelectual de la capital que desdeñe al "cultureta" de provincias... pero no obstante, como ya he mencionado, la bonhomía y la comprensión dominan el tono general de la novela. Benson no trataba de hacer sangre.

Hay que mencionar que la edición, como suele ocurrir con las de Impedimenta, es exquisita y la traducción a cargo de José C. Vales (último premio Nadal), estupenda y de lo más competente, con una serie de notas aclaratorias que ayudan sin abrumar. Buen trabajo.



2 comentarios:

AlimañaChef dijo...

Cierto lo que dices, se ve que las editoriales (y me atrevería a decir que muy especialmente Impedimenta) han vuelto la mirada hacia las islas y este interés no se limita al s. XX! En todo caso, una buena noticia tener a disposición esas obras.
Gracias por la reseña.

Juan G. B. dijo...

Hola, Alimaña!
Yo también estoy contento de que las editoriales españolas ( no sólo Impedimenta, sino también Alba o Libros del Asteroide. aunque es cierto que las ediciones de Impedimenta destacan por su exquisito cuidado) nos brinden la oportunidad de descubrir o reencontrar a estos autores tan british y generalmente tan divertidos.
Un saludo!