viernes, 23 de octubre de 2015

Colaboración: Mala gente que camina de Benjamín Prado

Idioma original: español
Año de publicación: 2006
Valoración: está bien

Mala gente que camina apareció en España en 2006, cuatro años después de la emisión de Els nens perduts del Franquisme (del catalán: Los niños perdidos del Franquismo), documental que se puede ver subtitulado y/o doblado al castellano buscando un poco por ahí y por el cual una cantidad apreciable de españoles descubrieron que eso del robo de niños en la Argentina también había pasado en casa, mucho antes y de forma mucho más atroz. Realmente, a quien ya ha visto cosas como la serie de documentales de la TV3 de Cataluña, poco podrá aportarle esta novela que no sepa o intuya.

Porque Mala gente que camina es novela histórica, entre otras cosas. ¿Vale la pena, es útil la numerosa producción audiovisual y textual relacionada con la Guerra Civil y la Posguerra? Igual sí, igual no. Quién sabe. Hablando en plata, todavía lastra el futuro de España (de los españoles, mejor dicho) la impunidad más absoluta. O sea que por ese lado, parece que poquito. De todos modos, algo se está removiendo, pero honores y riqueza siguen ahí, impúdicos, helando el corazón y siendo sidos desde el futuro, que diría Heidegger.

Benjamín Prado construye su novela en una primera persona plagada de las típicas ingeniosidades de los detectives privados que descubren al asesino y se quedan con la chica. En esta novela hay más de una chica. Algo así como un triángulo amoroso. Y la historia avanza con la contundencia de un best seller, y eso que son más de 400 páginas. Pero se leen rapidísimo, doy fe. Un tema horrible y un tratamiento que no lo es de ninguna manera. Compensación y piedad, imagino, entre otras cosas (ríe y reirán todos).

Esto, más o menos, es lo que encontrará el lector, y ya sabe si será plato de su agrado. La trama detectivesca consiste en recuperar la biografía de una oscura e ignorada escritora, Dolores Serma (quien quiera spoilers, que googlee), cuya única novela, Óxido, es una alegoría de la expropiación de menores perpetrada por la Iglesia, el Estado y los ricos durante el Franquismo. El protagonista indagará, encontrará papeles, follará como conejo, analizará y descubrirá dos cosas: la Verdad y, además, que el Franquismo ensucia todo lo que toca. Incluso, en algunos tristes casos, a sus víctimas más directas.

Y no digo más.

Firmado: Fernando Daniel Bruno

1 comentario:

lolo dijo...

Mi opinión:
Novela de tesis, militante, maniquea. Casi un insulto a la inteligencia. El autor compra completo el "Himalaya de mentiras" que crearon los propagandistas de la Kommintern sobre la Guerra Civil. No hay matiz que valga. Literalmente afirma que se trató de "fascistas contra demócratas" y ahí se queda. Así pues, todos los franquistas son sádicos malvados y todos los rojos son buenísimos. Se diría que es una novela de encargo, un texto al servicio de la Ley de Memoria Histórica, la más ignominiosa de nuestra democracia.
Literariamente es flojita. Los diálogos con su madre son completamente inverosímiles. Personajes secundarios sencillamente ridículos. No hay una sola imágen literaria que aporte algún valor al texto.
Despliegue de datos pedante que entorpece la lectura y que además resulta una contradicción con la pretendida tesis del páramo cultural que fue España en la posguerra.
En fin, que me ha recordado la literatura del Realismo Socialista. En este caso al servicio del PSOE de ZP.